Fallecimiento de Lorenzo Pfenninger

Ha fallecido el 28 de noviembre de 2015 en Lucerna, Suiza, en vísperas del inicio de Adviento. El Señor ha querido llamarlo para que junto con  su señora María Eugenia Munita, fallecida en febrero pasado, nos ayuden a prepararnos para celebrar la Navidad.

 

No podía ser de otra forma ya que la Mater lo llamó desde su juventud a servir a Schoenstatt. Formó parte de los primeros matrimonios que en 1981 formaron la Comunidad Apostólica Militante de la Rama de Matrimonios de Santiago, hoy Santiago Cordillera.

A inicios de 1982 fueron nombrados Jefes de Rama y desde allí se dedicó a dar  estructura a la Rama y principalmente a la Comunidad Apostólica Militante.

Fiel discípulo del Padre Fundador imbuido de su espiritualidad y pedagogía contribuyó a dar contenido a nuestra Comunidad. Debido a sus viajes como profesional y empresario a Europa se dio la oportunidad de estar varias veces en Vallendar en contacto con el Padre Humberto Andwater, con quién tuvo largas conversaciones sobre el pensamiento del Fundador respecto del rol de los matrimonios lo que ayudó a consolidar la CAM en su apostolado y misión: “somos apóstoles de la vida diaria en nuestro ser y en nuestro actuar”. O sae las 24 horas del día somos apóstoles.

Durante 9 años, primero como Jefe y después en el Consejo de la Rama contribuyó a dar una estructura jurídica a la Rama creando  la Corporación Apostólica Anunciación que es su brazo administrativo, se adquirió la casa de la Rama, en Bustos, y en conjunto con las Hermanas Marianas y las demás Ramas del Movimiento se construyó y bendijo el Santuario, que recientemente ha cumplido 25 años de vida.

Lorenzo descansa en paz, fuiste un Apóstol con el sello schoenstattiano que el Señor te regaló.

Jorge Sanhueza


Testimonio: Lorenzo R. Pfenniger Bobsien  (24 -08-1933 – 28-11-2015)

No tenemos muchos datos comprobables de la juventud de Lorenzo, pero sabemos que desde muy joven se integró al Movimiento y fue parte de un grupo de jóvenes, entre ellos el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, quienes con mucho entusiasmo llegaron a enamorarse de la Mater y del pensamiento del Padre Kentenich.

Junto con María Eugenia Munita, su mujer (ya fallecida), y otros 6 matrimonios formamos hace 34 años, durante una de las inolvidables jornadas de Padre Hurtado, nuestro grupo de vida “Taller”. Con el tiempo se incorporaron otros 2 matrimonios y entre todos llegamos a ser el grupo que somos.

En esa fecha Lorenzo y María Eugenia eran los Jefes de la Rama y consecuente con su estilo, Lorenzo fue desde ese momento “la autoridad” particularmente en todo aquello que tuviese relación con el pensamiento del Padre y la pedagogía schoensttatiana; pero su autoridad sobrepasaba esas esferas, quizás porque una de las características tan propias de Lorenzo era el ser una persona que frente a cualquier tema, histórico, contingente, trivial o profundo, opinaba sólo cuando tenía claridad derivada del análisis de la situación. Y no sólo era un análisis “técnico” sino que era un análisis hecho a la luz del pensamiento y pedagogía de Schoenstatt.

Y de lo anterior se desprende otra de sus características: su fidelidad y compromiso con el Movimiento, condición que lo llevó a ejercer su apostolado permanente tanto al interior del Movimiento, sirviéndolo como Jefe de Rama, como miembro de diversos comités, entre otros para la compra de la casa de Bustos, para el funcionamiento económico de la Rama, del Colegio, etc. y también hacia el exterior, en su parroquia como Ministro de la Comunión, de la Palabra, miembro de comités, etc. en fin, un hombre que usó en cuanto le fue posible todo los talentos recibidos.

Con los años fuimos testigos de una maravillosa transformación de Lorenzo. Paulatinamente fue modificando su estructura relacional. Si en un inicio percibíamos en él un alto porcentaje de “autoridad” y algunas manifestaciones de humor, de cercanía, con el tiempo esa fórmula fue cambiando, sin perder nunca su esencia: siempre fue “mi hermano mayor” pero cada vez más cercano, más personal, capaz de expresar abiertamente sus afectos y emociones.

Seguramente otras personas que lo conocieron y también lo quisieron tanto como nosotros reconocerán y valorarán muchas otras características de Lorenzo, porque sin duda las tuvo; sin embargo, creo que la huella que deja en nuestra vida de grupo está marcada fuertemente por su autoridad, su consecuencia, fidelidad compromiso, generosidad y amistad. Es este legado de Lorenzo el que agradecemos profundamente, y le damos gracias al Señor y a la Mater, porque pusieron a Lorenzo en nuestro caminar como grupo por estos años.

Grupo Taller

Comunidad Apostólica Militante