El Papa Francisco y el Aborto

Compartimos una reflexión del padre José Luis Correa, basada en las palabras del Papa en la Evangelii Gaudium.

 

A propósito de la discusión que se ha instalado en el ambiente, creo conveniente recordar lo que el Papa Francisco ha dicho sobre los que están por nacer. El Papa Francisco ha planteado este tema en lo que podríamos llamar su ‘carta de navegación’, el plan por donde quiere conducir la Iglesia para que sea alma del mundo; su Exhortación Apostólica sobre “la alegría del Evangelio”.
Ahí dice, en primer lugar, que la Iglesia, y en ella “los Pastores, acogiendo los aportes de las distintas ciencias, tienen derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción integral de cada ser humano. Ya no se puede decir que la religión debe recluirse en el ámbito privado y que está sólo para preparar las almas para el cielo (EG 182)
Y continúa en el párrafo siguiente: “nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos. 
Más adelante aborda directamente la situación de los por nacer. Señala que “entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo.” (EG 213)
Y dice que la “defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno. La sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana, pero si además la miramos desde la fe, «toda violación de la dignidad personal del ser humano grita venganza delante de Dios y se configura como ofensa al Creador del hombre». 

Precisamente porque es una cuestión que hace a la coherencia interna de nuestro mensaje sobre el valor de la persona humana, no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión. Quiero ser completamente honesto al respecto. Éste no es un asunto sujeto a supuestas reformas o «modernizaciones». No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana. Pero también es verdad que hemos hecho poco para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza. ¿Quién puede dejar de comprender esas situaciones de tanto dolor?” (EG 214)

El Papa habla desde un “sentido unitario y completo de la vida humana” (EG 75).

En esta ‘cultura del descarte’, como él mismo la llama (cfr. EG 53), los excluidos con considerados desechos, ‘sobrantes’, ‘no ciudadanos’ (cfr. EG 74), lo que es absolutamente inaceptable. 

Para profundizar en el tema y tener mayor claridad y seguridad argumentativa sugiero la lectura del valioso aporte hecho por Mons. Juan Ignacio González E., obispo de San Bernardo (Cfr. El Mercurio, martes 3 de junio, A 2) y la carta al lector enviada a ese mismo medio por el doctor Patricio Ventura – Juncá (miércoles 4 de junio), así como el libro del padre Francisco Astaburuaga O., titulado ‘Aborto terapéutico. ¿La vida de la madre o la vida del hijo?, publicado por Editorial Nueva Patris, también disponible en formato E-BOOK, así como interiorizarse e interesarse por el proyecto Nasciturus, iniciativa en defensa de la vida por nacer en conformidad a las normas jurídicas y constitucionales que protegen la vida en Chile (art. 19, n.1 CPE’80).

P. José Luis Correa Lira
Director Editorial Nueva Patris