Recuerdos de Joaquín Arnolds

Joaquín Arnolds, miembro de nuestra militancia, fue una de las 21 personas que murió en el accidente aéreo de Juan Fernández. Los invitamos a conocer parte del legado que deja entre nosotros.

Joaquin iba en el avión de la FACH que cayó en Juan Fernández ese inolvidable viernes 3 de septiembre. Su desaparición y muerte ha sido para su familia y todos sus amigos, una pérdida que, junto a todos lo que iban con él, ha conmovido a todo Chile. Entre otras razones, porque se trataba de personas, que en diversos ámbitos trabajaban por un mundo mejor. Lo que muestra, el anhelo que tenemos todos los seres humanos, sin importar nuestra condición o creencia, de tener una vida más justa, más plena, más feliz.

En muchas ocasiones, cuando un ser querido muere, en sus funerales se tiende a pensar que éstos eran santos. En parte, esto sucede porque la pérdida está asociada a todo lo bueno que recibimos, es decir, a sus dones, a sus fortalezas y virtudes. En Corintios 1:2 o Romanos 6: 6-8; Dios nos llama a ser santos, El nos ve santos, a través de su hijo Jesús. Para tener la santidad, debemos despojarnos del viejo hombre y revestirnos del nuevo hombre (Cristo), debemos permitir que el Señor gobierne nuestra vida (espíritu, alma y cuerpo). Juaco había comenzado este camino, que de seguro seguirá alcanzando en el cielo.

Juaco conoció la oscuridad, el sufrimiento, pero el amor de los suyos le permitieron despojarse de ese viejo hombre y llenarse del amor de Cristo. Para él, el camino al cielo, era “simple”, hacer lo que Cristo nos había dicho: “amar a Dios y a tu prójimo como a ti mismo” y esto es lo que hizo, con especial fuerza durante sus últimos tres años de vida. Juaco tenía debilidades, como todos, pero supo poner sus dones al servicio de los suyos y los más necesitados, permitiendo que lentamente se fuera revistiendo del hombre nuevo. El cumplía la militancia con mucha fuerza, incluso mejor que muchos de nosotros.

Quisiéramos compartir con todos ustedes, partes de la vida de Juaco, a través de las palabras del Padre Luis Ramirez, del Comandante de las Fuerzas Armadas: Comandante Fernando Almuna, de las palabras de su hermano Cristián, una canción que Tere Larraín creó para él y por último de una carta que le escribimos como hermanos de grupo de vida. Esperamos que todo esto, les permita conocer esta huella que nos muestra un camino para vivir mejor, más felices, más entregados y más humildes.

 

Extractos Homilia Misa Funeral Joaquín Arnolds 

Jueves 15 de Septiembre de 2011

“…Sin duda que la semilla de Jesús Sembrador cayó en Juaco como buena tierra…Un corazón de niño…Ese corazón amplio y generoso, que él le consagró a la Virgen María, como su Madre y Educadora…Pero también esta parábola del sembrador que hemos escuchado nos muestra otra faceta de su vida. Juaco fue un sembrador por excelencia. El término de su vida aquí en la tierra lo encontró en plena tarea de lo que fue su pasión y su misión: darse a los demás para enseñarles a vivir más plenamente lo suyo. A descubrir los talentos y valores propios como don de Dios para crecer, para desarrollarse, para comprender que cada uno es necesario para construir un mundo mejor.

Juaco fue un permanente sembrador de esperanzas, enseñando a tantos a comprender que detrás de cada sombra hay una luz, que las dificultades son ocasión de recurrir a lo mejor de nosotros mismos para superarlas, que lo que parece un imposible se logra cuando no nos dejamos derrotar sino que son un llamado a la fe, a la confianza, al espíritu de sacrificio…Juaco fue un sembrador de sueños, de grandes ideales…Cuanto se lo agradecemos en este tiempo en que abundan las voces de la angustia, de la desesperanza, del desánimo, de encerrarse en intereses mezquinos. Juaco fue un sembrador audaz… El lema ¡levantemos Chile! no era para él sólo el título de una organización, sino el clamor más auténtico que brotaba de su identidad: como discípulo de Cristo, entregar su vida para que surgiera vida en sus hermanos chilenos.

… Nos duele su partida. Todos los que estamos reunidos en este templo y tantos otros que no han podido llegar hasta acá estamos dolidos. Pero sobre todo, hoy queremos agradecer al Señor y a la Virgen María porque en nuestro querido Juaco nos han dejado un testimonio luminoso que nos enseña a vivir. Ha dejado una huella que nos invita a seguir.

Padre Luis Ramírez

 

Extracto palabras de despedida en nombre de la Armada de Chile al T1 Sr. Joaquín Arnolds Reyes.

La Armada de chile ha querido despedir y testimoniar su aprecio a un hombre valioso. Uno de esos que de tiempo en tiempo, la Divina Providencia nos coloca en el camino para señalarnos que nada hay de fortuito en sus designios. Hombres sencillos y buenos, que tocados por la Gracia de Dios, irrumpen en nuestras vidas para ayudarnos a renovar la fe en la maltratada condición humana y que por la generosidad que irradian, vuelven a llenar de alegría y esperanza el corazón de los que les rodean. Hombres estos que de natural talante y sin mas interés que mostrarse tal cual son, van por la vida haciendo del prójimo su afán y del servir, su alegría… los que cuando de lo que se trata es dar y ya no queda que entregar, dan. Los que cuando de lo que se trata es ver y nadie quiere mirar, ven. Los que cuando de avanzar se trata y nadie se quiere mover, se atreven. Y aunque no son de los que conducen países, son de los que los sostienen y empujan. De los que cuando la adversidad golpea, los levantan y les echan de nuevo andar. Siempre con el paso mas firme, siempre con la mirada mas limpia. En la armada les conocemos desde hace mucho. Han estado con nosotros en todos los tiempos y en todos los desafíos.

Y si tal parece que su vida fue un ejemplo, su muerte fue una revelación, como también el momento de su mejor lección. El que quiera ver que vea.

T-1 de la RNY Joaquín Arnolds Reyes fue un honor contarte entre los nuestros y un consuelo saber que tu estirpe no se agota en tu partida. Que tu ejemplo se quede con nosotros y nos ayude en la tarea de hacernos cada día una mejor persona.

Camarada del mar, descansa en paz.

Comandante Fernando Almuna M.

 

Extractos Carta Hermano Mayor de Juaco

…Gracias a la oración de tanta gente y la ayuda de Dios que nos ha escuchado, les puedo contar que la pena ha dado paso a la luz. A la luz de la vida, de tu preciosa vida Juaco…tú verdaderamente alegraste nuestras vidas…

Porque tú Juaco, con tu inagotable sentido del humor, nos hacías reír a todos a carcajadas y con tu enorme entusiasmo nos embarcabas en las más diversas aventuras al aire libre, la mayoría de ellas especialmente organizadas por ti para los niños…Nos entregaste un cariño inmenso, expresado en tus inolvidables abrazos, tu alegría, tu paciencia, tu delicadeza, tu mirada luminosa y tu consuelo en los momentos difíciles…

Puedo dar testimonio que fuiste una persona de una espiritualidad muy profunda. Soy testigo de tu búsqueda y encuentro con Dios. Tú nos dijiste: “La vida es demasiado corta como para no hacer lo que realmente vale la pena”. Esto explica por qué, a pesar de habernos entregado tanto a los más cercanos, también buscaste intensamente poder ayudar a los más necesitados…

Nunca te había visto tan contento, entusiasmado y realizado con tu trabajo. Te entregaste con toda tu capacidad y alegría a esta preciosa cruzada de ir en ayuda de los damnificados por el terremoto y de contribuir a realizar los sueños de las personas que han recibido menos oportunidades en la vida… Por todo esto creo que se cumplen tan bien en ti estas palabras del Señor: “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, era forastero y me alojaste, estaba desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y me fuiste a ver”.

Por eso “ven bendito de mi Padre y toma en posesión el reino preparado para ti desde la creación del mundo”… tu vida Juaco es una potente invitación a todos nosotros para valorar nuestra vida como un regalo maravilloso de Dios; para atrevernos a dejar nuestra comodidad, egoísmo y apego a lo material y entregarnos más radicalmente a los demás, especialmente los más necesitados; para querer entrañablemente a las personas que Dios ha puesto en nuestro camino; para admirar y disfrutar de la naturaleza; para vivir con alegría…

La muerte no tiene la última palabra. Cristo ha vencido a la muerte… “La vida es más linda desde que tú caminaste por ella, dejando huella”. Esta es parte de la letra de una canción que la Tere Larraín compuso con mucho cariño para ti.

Cristian Arnolds Reyes

 

Carta de Matrimonio Hermanos de Grupo de Vida

Hemos tenido el regalo de conocer y querer a Juaco y la Maca, de crecer juntos en lo humano y espiritual. Pudimos comprender la maravillosa humanidad de Juaco, su “infancia espiritual”, era un niño ante Dios y los demás. Podía llorar y reír con mucha facilidad, no había nada que esconder, ni las debilidades, ni las fortalezas. Juaco, supo recibir la ayuda de quienes más lo quisieron en sus momentos de mayor debilidad humana, algo que parece simple, pero que pocos pueden lograrlo. Era cariñoso, saludaba con una sonrisa y abrazo cálido, lo hacía dando un beso en la mejilla y con una profunda mirada en los ojos, parece simple, pero pocos lo hacen.

Juaco jugaba con la naturaleza, con el aire, el mar y la tierra: botes voladores, columpios y skate con ruedas gigantes, parapente, buceo, ski, windsurf, mountainbike, kayak. Usaba la naturaleza, como una fuente de alegría, pues Juaco hacía reír a todos, siempre tenía algo divertido que decir; nos invitaba a gozar de todos los aspectos de la vida. Pero como buen niño, también se conmovía muy fácilmente frente a la necesidad del otro, sin importar su condición social o económica, no había límites para ayudar los demás. Una vez, en la nieve, al otro día de una noche de tormenta, con su camioneta recorrió todo el camino ayudando a todo aquel que estuviera atascado, aunque los niños gritaran de cansancio dentro del auto, ayudar era su misión, sin importar cuantos fueran. Luego del terremoto, gracias a él partimos a construir mediaguas en el sur de Chile, él nos movilizaba a todos.

Si un amigo(a) estaba pasando por momentos de dificultad económica, le prestaba la plata; si otro necesitaba tomarse un respiro, lo invitaba a Disney con todos los niños, si otro no tenia donde pasar sus vacaciones, él prestaba su casa en la playa. Nos decía: “Todo lo que tenemos es para compartirlo, de lo contrario no tendría sentido tenerlo”.

Nada de esto habría sido posible, sino hubiera contada con una mujer generosa y de una fortaleza sin igual, como lo es la Maca. Juaco, amaba a los suyos, sobre todo a su mujer, la Maca. Tal como él decía, “una flecha me atravesó y me partió en dos”, explicándonos que una parte de él ya no le pertenecía. No todo fue fácil en el matrimonio, muchas dificultades supieron sobrellevar, experiencias de crecimiento matrimonial que compartían con nosotros. Juaco amaba a sus amigos, nos llamaba y visitaba si alguno de nosotros pasaba por un mal momento. Quería tanto a sus amigos, que cuando dos de ellos murieron, decidió tomar lo mejor de cada uno y hacerlo propio. Es aquí donde comenzó su nuevo rumbo emprendedor, dejando la gerencia general de su exitosa empresa, para aportar de lo suyo a los más necesitados, primero a través de Triciclos y luego en Desafío Levantemos Chile, ayudando a emprender, a surgir, a crear y organizar un país cada vez mejor. Amaba a su país.

Juaco buscaba diariamente momentos de oración con Dios, nos contaba que solía parar antes de llegar a su oficina, para contemplar la ciudad y al mismo tiempo conversar con Dios de aquello que sentía o lo preocupaba. La sencillez era de una sus principales características, trataba a todos por igual, no había personas más o menos importantes. Muchas de las cosas que hemos comentado en esta carta, parecen simples de realizar, pero no lo son, pocos lo hacen. Se nos olvida lo esencial, se confunde el radar.

El supo elegir el camino de la felicidad, supo decir un SI a su voz interior, no esperar para otro momento, lo que sabía debía construir ahora. Se nos va un “amigo del alma”, aunque nos deja a la Maca y sus cuatro maravillosos niños. Señor, danos tu fuerza y paz.

Francisco Fernandez Palma

Maria Ignacia Diaz de Fernandez