Unidos en la Oración – 26 de julio

Pidamos por la recuperación de Marianita Larrain Grunefeld, hija de Alfonso y la Mariana, de nuestra CAM, que sufrió un accidente vascular la semana pasada. También por la salud de Sylvia de la Cerda de Bolelli, que pertenece al Circulo 2 de la CAA. Mantengamos en nuestra oración a los Mozó Doren.

 

 

Recemos también en gratitud por el P. Rafael Fernández, el P. Cardenal Francisco Javier Errázuriz, el P. Obispo Manuel Camilo Vial, el P. Jaime Fernández, el P. Patricio González, el P. Ignacio Cruz y el P. Pedro Gutiérrez, quienes acaban de celebrar 50 años de sacerdocio. Que el Señor los mantenga fieles y alegres en su servicio a la Iglesia.

Mariana Grunefeld, de nuestra CAM, nos cuenta y agradece sobre la evolución de su hija Marianita:

“No imaginan todo lo que hemos vivido, acabo de abrir mi mail luego de una semana y me encuentro con cientos de personas preocupadas y rezando. Estamos tan emocionados y agradecidos de las oraciones y el cariño de nuestros amigos y de tanta gente que ha intercedido por nosotros y se ha unido a nuestra Marianita. De verdad  hemos sentido el poder de la oración, que Dios es un Padre bueno y misericordioso, que la Mater no la ha abandonado en ni un momento que el Padre Kentenich ha estado acá y que los ángeles han sido sus custodios. Hemos vivido días de fragilidad extrema en una confianza infinita. A veces uno tiene la tentación de pensar que está solo, pero no es verdad. La generosidad, la bondad y cariño de la gente es demasiada. Ha rezado por ella gente que no lo hacía hace años, personas que estaban alejadas de la Iglesia, las cadenas en Schoenstatt son impactantes, el P Rafael le dio la unción y el P Lucho la vino a ver.

Estamos tranquilos completamente, ella está feliz, siempre contenta, alegre y los médicos la adoran. Sorprendentemente acaba de salir de la UCI y ha recuperado todo su cuerpo. Al parecer ni siquiera va a necesitar kinesiólogo. Las 48 horas de terror las pasamos encerrados en Osorno sin saber que su vida estaba arriba de una montaña rusa. Luego los siete días siguientes fueron de una fragilidad y riesgo en todo sentido, incalculables. Acaba de cumplir su día octavo y cada día está mejor. Podría contar muchos hechos concretos en que ha estado la mano de Dios”.