Ecos del “Caso Karadima”

Cartas del P. Mario Romero, P. Eduardo Aguirre y de Mons. Ezzati, que nos ayudan a reflexionar sobre este caso que ha remecido a toda la Iglesia chilena. ¿Cómo reaccionamos como católicos y schoenstattianos?

 

Lee la carta del P. Eduardo Aguirre a la Familia de Schoenstatt de Chile, aquí.

 

“Carta a los dirigentes” – Padre Mario Romero

Santiago, 22 de marzo 2011

Queridos hermanos y hermanas:

En estos días muchos de nosotros han tenido la inquietud de conversar sobre el tema de la Iglesia y el sacerdocio en relación con lo que ha aparecido últimamente en los medios de comunicación. Se trata de lo relativo al P. Fernando Karadima, al proceso que se le siguió y especialmente a las últimas declaraciones públicas de James Hamilton en televisión. Sin la pretensión de abarcar todos los aspectos del tema, creo que hay algunos puntos a considerar para que las conversaciones tomen un camino objetivo y fecundo. Se los planteo para que Uds. me puedan corregir o complementar y así sigamos conversando sobre un tema que exige de nosotros un crecimiento importante y donde juntos debemos buscar la voluntad de Dios.

1. Me parece importante volver a tomar conciencia de que James Hamilton (así como otras personas) es una víctima que ha sufrido un delito gravísimo. Por lo que hoy sabemos, se trata de un abuso físico y psicológico, que violenta su dignidad y manipula su conciencia, dejando en él huellas tremendas para toda la vida. La Iglesia ha manifestado que el P. Fernando Karadima es culpable de los hechos que se le imputan y, como tal, debe ser sancionado. Las víctimas deben encontrar en nosotros comprensión, solidaridad y voluntad de reparación, y como Iglesia debemos pedir perdón por la responsabilidad que pudiera cabernos en estos hechos ocurridos entre nosotros.

2. Las terribles vivencias de las víctimas, sin embargo, no las autorizan a dejarse llevar por sus heridas injuriando gratuitamente a otras personas. Juicios exagerados llevan a afirmaciones desequilibradas, como algunas que realizó o sugirió James Hamilton en televisión. Con objetividad podemos afirmar que la Iglesia no está dirigida por criminales, que sus consagrados no son mayoritariamente homosexuales o pervertidos, que sus colegios no son lugares de abuso habitual, etc.

3. Los sentimientos que todo esto despierta y la polémica que se genera no debe apartarnos del tema de fondo que ocupa actualmente a la Iglesia y especialmente al Papa Benedicto XVI. Nuestra Iglesia necesita una profunda conversión y corregir drásticamente algunas desviaciones que se han producido, abordando especialmente los problemas en relación al abuso sexual. La Iglesia y el Papa están empeñados en un proceso que nos involucra necesariamente a todos. Se necesita más transparencia, mejor formación del clero y de los laicos, más justicia y más humildad. Es tiempo de una mejora sustancial en la convivencia y los procesos.

4. Los medios de comunicación exacerban estos temas dándoles un espacio privilegiado. No se puede juzgar intenciones. A veces puede haber sensacionalismo, antipatía a la Iglesia o aprovechamientos para fines económicos, a veces hay una sincera búsqueda de información objetiva o un legítimo deseo de acentuar los valores y comportamientos necesarios para una convivencia sana. En esto hay que saber recibir y procesar la información que producen los medios de comunicación. Cuando se prestan para ser voceros de informaciones injuriosas, en todo caso, hacen un papel lamentable.

5. El Cardenal Francisco Javier Errázuriz merece toda nuestra solidaridad y debe recibir todo nuestro apoyo. Él ha contado lo que hizo y ha declarado aciertos y errores públicamente. En esto es necesario informarse objetivamente. Pero, más allá de las precisiones que hay que hacer y de las discusiones que esto puede provocar entre nosotros, las injurias contra él son inaceptables porque conocemos su decidido afán por actuar con justicia y velar por el bien de todos.

Permanezcamos unidos en la oración y la reflexión. Nuestro diálogo debe seguir y todo esto debe ayudarnos a crecer en todo sentido. Así lo ha indicado Mons. Ezzati al darnos luces sobre el tema.  Unidos al Santo Padre pongamos nuestro esfuerzo en este proceso de crecimiento e imploremos la necesaria sabiduría para discernir y actuar.

Unido a nuestros Pastores, les saluda con afecto

P. Mario Romero I.

 

Declaración Pública del Arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati

Texto completo de la declaración pública de Monseñor Ricardo Ezzati, dada a conocer el martes 22 de marzo.

1. El viernes 18 de marzo me reuní con quienes han sido víctimas de abusos cometidos por el padre Fernando Karadima. Fue un encuentro marcado por el dolor, pero también por la esperanza. Como pastor de la Iglesia de Santiago les pedí perdón por tanto sufrimiento.

2. El domingo 20, afirmaciones formuladas por el doctor James Hamilton en un programa televisivo han causado inquietud en la Iglesia y en la opinión pública en general. Deseo reiterar que ante todo, estamos frente a sentimientos comprensibles de dolor que podemos entender a la luz de las gravísimas situaciones de las que él ha sido víctima, y que la autoridad de la Iglesia ha reconocido y condenado, privada y públicamente.

3. Sin embargo, no se pueden aceptar los calificativos referidos al cardenal Francisco Javier Errázuriz, atribuyéndole complicidad en faltas tan graves como las que ha establecido la Congregación para la Doctrina de la Fe respecto del padre Fernando Karadima.

4. En relación a la causa que, sobre este caso, se sustancia en la justicia civil, invito a las personas que en conciencia estiman su deber concurrir a prestar su testimonio, que lo hagan ayudando así a la verdad y la justicia. Como Iglesia de Santiago nos unimos al compromiso de los obispos de “velar incesantemente porque estos gravísimos delitos no se repitan”.

5. Por otra parte, considero del todo injusto generalizar y presentar un panorama del episcopado, del sacerdocio y de los colegios católicos que no se condice con la realidad de la inmensa mayoría de los consagrados y laicos que buscamos ser fieles al mensaje cristiano, a través de nuestro testimonio de vida, sirviendo al Señor en su Iglesia y al pueblo de Chile.

6. Frente al dolor que estos hechos causan a todos los miembros de la Iglesia, pido a nuestras comunidades, una especial oración por sus sacerdotes y personal consagrado. Que el Espíritu Santo nos conduzca en un camino de santidad y de servicio.

† Ricardo Ezzati Andrello
Arzobispo de Santiago

Fuente: Departamento de Opinión Pública
Arzobispado de Santiago
www.iglesiadesantiago.cl

 

Ver entrevista a Mons. Ricardo Ezzati en programa “Mano a Mano” del Canal 24 horas