Nuestras experiencias con el Padre Horacio Rivas

Muchos tuvimos hermosos momentos de conocer, conversar y compartir la vida con el P. Horacio. Te invitamos a compartirlos, enviándonos a mundoschoenstatt@gmail.com tus sentimientos, reflexiones, anécdotas, testimonios, vivencias y fotos con el P. Horacio.

 

 

“Un sacerdote fiel, que “amó a la Iglesia”, siendo un ejemplo de entrega heroica, nos enseñó a tomarnos de la mano de la Mater y así poder estar en el corazón de su Hijo Jesús; un Buen Pastor, que nos condujo a cada una de sus ovejas con cercanía, respeto, sabiduría, bondad y sencillez; un Padre incondicional, que nos mostró el camino para poder crecer en el amor como matrimonio y familia y desde ahí, ser capaces de construir un mundo mejor. Hemos tenido el privilegio de conocer a un Santo de la vida, que nos marcó a sangre y fuego, nos traspasó el alma con su ejemplo y nos dejó un potentísimo legado que esperamos poder hacerlo fecundo… Gracias muy querido Padre Horacio, seguiremos siempre profundamente unidos de corazón…”

Chica Pérez y Gustavo Subercaseaux

 

Sólo tenemos una palabra para el Padre Horacio, gracias. Gracias por su acompañamiento y cariño durante estos 17 años. Gracias por el grupo de pololos, por la preparación a nuestro matrimonio, por nuestro matrimonio, por nuestra alianza de amor y la bendición de nuestro Santuario Hogar, gracias por el bautizo de cada uno de nuestros hijos, gracias por la bendición de nuestras casas, y por su acompañamiento espiritual.
Nos ha acompañado en todo nuestro camino juntos como familia y lo que hoy somos ha sido GRACIAS a el.

Pablo Ruiz Tagle y Maca Allende

El 31 de agosto de 2010 nuestro querido Padre Horacio debía oficiar una misa con nosotros y familia para celebrar nuestros 25 años de matrimonio. Se disculpó con la sencillez que lo caracterizaba porque estaba enfermo y debía permanecer en el hospital.

El mismo Padre Horacio, muchos años antes, nos preparó para nuestro matrimonio y posteriormente celebró el sacramento con una alegría y un amor que caracterizó todo lo que emprendió. Posteriormente bendijo nuestro hogar, bautizó a alguno de nuestros hijos,bendijo nuestro Santuario Hogar, nos acompañó en alguna reunión de grupo de la militancia, nos confesó, nos escuchó y nos aconsejó. El nos dió a conocer el rostro amoroso de Dios, de la mano de María y nos enseñó que la verdadera sabiduría es sencilla, no quiere lucirse, sólo servir. También nos enseñó a encontrar esperanza siempre, aun en situaciones difíciles, en compañía de la Mater, y que  ninguna caída es un fracaso definitivo si no dejamos de amar y de tener a la Mater como nuestra aliada.

Damos gracias a Dios por regalarnos a este hombre santo y le pedimos que lo tenga cerca, y lo regalonee mucho por todo lo que él entregó a todos los que lo conocimos.

Selim Abara y Pauline Caussade

 

Tuve la suerte de conocer al Padre Horacio muy de cerca, ya que durante muchos años pasó sus vacaciones en El Mosqueto, lugar de veraneo familiar, las cuales coincidían con la celebración de su cumpleaños.

Verdaderamente era un sacerdote santo y ahora mas aún. Un padre cercano para los niños (que en El Mosqueto termino siendo para ellos el payaso por “Padre Horacio”, palle yacio y luego payaso).

Para los jóvenes, siempre teniendo ratos de conversación en las tardes, caminando por la orilla del río, sobre todo con parejas de pololos que se preparaban para el matrimonio. Jugaba partidos de tenis con ellos y con los más viejos por las mañanas. Nos visitaba en las  casas y participaba de los cumpleaños y celebraciones, aportando con ratos de conversacion muy entrañables.

Se adaptaba a todas las circunstancias, sin perder jamás la compostura, se unía a los jóvenes para hacer bromas a otros, era acogedor con todos, con las nanas, trabajadores y veraneantes.

Jamás podremos olvidar sus misas en las tardes, en la terraza de los Edwards, en el jardín de los Decombe, junto a la Mater o junto a la tumba del papá. Podría contar muchas anécdotas más, pero me quedó muy marcado en el corazón un día en que él iba llegando al Santuario de Campanario, después de su último viaje a Alemania. Yo providencialmente estaba en Stgo (vivo en Concepción), e iba saliendo del Santuario. Después de saludarnos, me dió una bendición larga, no común y corriente, con mucho cariño, como si hubiera presentido que sería la ultima vez que lo vería.

Me consuela el hecho de saber que tendremos un intercesor más en el cielo.

Carola Izquierdo

 

Ha pasado una semana de la partida de mi Padre Horacio que durante treinta años me confesó todos los meses y me dirigió espiritualmente para mostrarme el amor de Jesus hacia mi y enseñarme como podía amar mas  a los demás empezando por mi familia. Nos condujo con Wippe por los intrincados caminos matrimoniales y nos salvó en grandes dificultades con amor paternal y conductor.

Partió un hombre santo, amable, cercano, personal, que miraba siempre lo mejor de cada persona y lo enaltecía, un Buen Pastor que conocía a cada uno por su nombre, DIFICULTO QUE HAYA ALGUIEN QUE NOS  HAYA CONOCIDO Y NOS HAYA AMADO TAN PROFUNDAMENTE COMO EL, estoy segura que entregó su vida por nuestra felicidad matrimonial y nuestra fecundidad como familia…yo he quedado literalmente huérfana, con una pena negra, pero con un legado que espero me alimente todos los años de vida que me quedan, pues durante treinta años escribí todo lo que me dijo. Con Wippe tenemos tantos y tan buenos recuerdos de su presencia entre nosotros, fue especialmente cariñoso, nos distinguió con su amistad y con su cercanía.

Ahora que estoy en calafquen su tierra  tan querida, el caminito de los recuerdos, el potrero que decidio su vocación, la misión Santa Clara de las monjitas franciscanas del sagrado corazón…hablan de el en todo momento… como lvidar el matrimonio de dos jóvenes mapuche enque se sacó su chaqueta para engalanar al novio porque el iba revestido… el pie de cueca que se bailó un 18 de sept, a la salida de la capilla, el concierto de los animalitos que le canto a mis hijas cuando eran chicas…las caminatas al cerro pitrén, el funeral de su madre en panguipulli, la venida del Papa JP II en el estadio… la celebración de los 25 años de santuario Hogar.. mil recuerdos y mil enseñanzas con el testimonio de su vida…

Asi es que ahora dedicaré mi tiempo a repasar su vida con nosotros, lo que nos  dijo y que es bueno para mi y no siempre lo escuché o le obedecí.

Ahora espero honrar su herencia.

Un sacerdote que dio su vida hasta el final consciente hasta la última energía,  en el coro, su coro del que era capellán, contó que su médico le preguntó poco antes de morir…Padre, del uno  al diez ¿cuanto le duele…? y contestó sin haberse nunca quejado, me duele … 11…y le dieron morfina…ese era el padre Horacio, lleno de alegría, serenidad, paz y sencillez, con la sabiduría del corazón, la sabiduría del amor, de la humildad, de la confianza en la Divina Providencia, en las manos amorosas de Dios.

Despedimos el 2010 agradecidos del colchón de oración y de unidad entre todos, y de testimonios y buenos recuerdos que ha generado nuestro querido padre, que sostiene, consuela y acompaña en el gozo y en el dolor… y esperando que ya sea en el  dolor oen el  gozo, siempre nos sintamos amadas en el corazón de Dios y de la Mater donde lo encontraremos a el con su cálida y personal sonrisa..

Familia Ramirez Garcia- Huidobro, Wippe y Cecilia